Deloitte advierte sobre menores holguras de capital en la banca chilena tras aplicación parcial de Basilea III
El socio de la “Big Four”, Jorge Cayazzo, afirma que esta reducción implicaría que los bancos tendrán que revisar sus planes de capitalización.
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La implementación gradual de los estándares normativos de Basilea III, que deberían finalizar el próximo año, ha llevado a una disminución en las holguras de capital de la banca chilena, según un reciente estudio de Deloitte.
Antes de su implementación, estas holguras se situaban en torno al 6% en 2018, pero en 2023 disminuyeron a aproximadamente 4%, y se proyecta que para el próximo año se reduzcan aún más, llegando a 2%.
El socio líder de Riesgo Financiero y Asuntos Regulatorios de Deloitte y exintendente de la extinta Superintendencia de Bancos, Jorge Cayazzo, afirmó a DF que esta reducción de holguras implicará que los bancos tengan que revisar sus planes de capitalización.
“La principal razón tiene que ver con que se espera un aumento de las exigencias de capital por parte de la autoridad, en la medida en que Basilea III va terminando su proceso de implementación gradual. Y estos aumentos de exigencias coinciden con una disminución de las holguras que han ido consumiendo los bancos para abordar la gradualidad que han estado trabajando los últimos cuatro años”, indicó.
La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) puede exigir a los bancos requerimientos patrimoniales establecidos en el Pilar 2 de los estándares de Basilea III.
La exigencia de capital es individual a cada banco luego de un proceso de evaluación, que puede llegar hasta un 4% del patrimonio, y pueden ser objetos de requerimientos de capital cuando el regulador aprecie debilidades significativas en la gestión de los riesgos que no pueden ser corregidas en un horizonte adecuado.
Según Cayazzo, las mayores exigencias de capital “pueden afectar la dotación de crédito, particularmente en la medida que las holguras de capital se van estrechando”. Y agregó que “en todo caso, en el corto plazo, la dinámica del crédito estará más marcada por la situación macro y los riesgos asociados”.
Uso de modelos internos
Además de la aplicación del Pilar 2 de la regulación, otro de los elementos que aún tiene que “llegar a niveles de madurez propios de mercados desarrollados”, a juicio del socio de Deloitte, es “el uso de modelos internos para determinar los activos ponderados por riesgo (APR)".
Según detalla en el estudio, durante los últimos tres años, desde que se inició la adopción de Basilea III, la densidad de activos de la banca chilena, es decir, los activos ponderados por riesgos partido por los activos totales, ha disminuido de 77% a 72,7%.
“Las comparaciones con otros países de la región siguen siendo, aunque en forma poco significativa, desfavorables para Chile en términos de capitalización. La menor densidad de los activos que exhibe Chile tiende a abultar las diferencias de capitalización cuando esta se mide con relación a los APR”, se lee en el estudio.
Cayazzo explicó que otros países de América Latina, como México y Brasil, se utilizan modelos internos, que reduce la densidad de activos. En contraste, Chile se basa exclusivamente en modelos estandarizados, lo que eleva la densidad de sus activos y afecta negativamente las comparaciones internacionales.